Sofia Coppola regresa a un ámbito más
intimista con
Somewhere, ganadora del León de Oro en el Festival de Venecia, donde nos presenta una historia de búsqueda interior, pero, sobre todo, a una Elle
Fanning que llena la pantalla con cada uno de sus silencios y miradas.
Stephen Dorff da sentido a un personaje envuelto por el
Hollywood más superficial y destructivo, que no encuentra en nada más que en alcohol y en una vida de vicio y lujo en el Hotel
Chateau Marmont de L.A.
algo de consuelo ante la futilidad de su existencia.
La interesante idea experimentada por muchos y comprendida sólo por algunos de cuál es nuestro lugar en el mundo y la aceptación de las pequeñas o grandes cosas que tienen sentido ha sido ya planteada con anterioridad, pero
Coppola sabe darle ese encanto especial que ya presentó en la
existosa Lost in Translation.
La vacuidad que en ocasiones presenta la película, no hace más que dotar de sentido a la historia, dependiendo eso sí de la perspectiva del espectador, que llenará esos huecos con sus experiencias particulares. No es una película para todos los públicos, desde luego.

La vida de
Jonhnny Marco, el protagonista, pierde todas las bases en las que se apoyaba cuando su hija se va a vivir con él una temporada. La aparición de Elle
Fanning, a la ya cuidada interpretación de
Dorff, es uno de los puntos fuertes de la nueva producción de
Coppola, al aportar un toque de frescura y delicadeza necesario.
La vorágine mental de Marco, y la sutileza e inteligencia que refleja su hija no tienen un final necesariamente feliz sino más bien abierto a las posibilidades a las que han eludido muchos filósofos de las que está compuesta la vida de hombres y mujeres. Decisiones; aceptación; capacidad de reacción. Pero sobre todo, decisiones. En esto se apoya todo.
Nota Making Of: 8
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