El capitán Colter Stevens, interpretado por Jake Gyllenhall, se despierta dentro del cuerpo de un desconocido en un tren con dirección a Chicago. Su cometido es encontrar a un terrorista que viaja en ese tren. Esta misión es diferente a cualquier otra que haya llevado a cabo antes y Colter se da cuenta de que forma parte de un experimento del Gobierno llamado 'Código fuente', que, a través de un programa informático, le permite tomar la identidad de otra persona durante sus últimos ocho minutos de vida. El capitán Stevens tendrá que revivir el atentado en el tren una y otra vez para conseguir las pistas que le lleven hasta el terrorista y poder prevenir un segundo ataque antes de que el tiempo se agote. Código fuente es un thriller dinámico y vertiginoso que no da tregua al espectador. A pesar de que se repite la misma secuencia una y otra vez es imposible apartar la vista de la pantalla por miedo a dejar escapar algún pequeño detalle que nos ayude a resolver el misterio al mismo tiempo, o incluso antes, que el propio protagonista.
Los hechos nos llegan a través de los ojos de Colter, convertido durante la mayor parte de la película en Sean Fentress, uno de los pasajeros que viaja en el tren donde tiene lugar el primer atentado. El espectador puede sentir desde el principio lo que Colter Stevens experimenta, tanto al darse cuenta de que está en un cuerpo que no le pertenece como a lo largo de toda la película, donde el personaje, además de la investigación asignada por el Gobierno, lleva a cabo una investigación paralela sobre sí mismo, ya que lo último que recuerda con claridad es estar de misión en Afganistán.
Christina (Michelle Monaghan) acompañará a Colter en su aventura. Es la chica que se sienta frente a él en el tren y que, según parece, mantiene una muy buena relación con Sean. Al principio no es un personaje demasiado relevante, pero poco a poco va ganando protagonismo en el film hasta convertirse en otro de los centros gravitatorios de la trama. Especial mención merece Goodwin, interpretada por Vera Farmiga. Gracias a este personaje el final del largometraje da un giro de 180º, sorprendiendo al espectador y haciendo aún más interesante la teoría base del experimento.
Código fuente pone a prueba nuestros conocimientos sobre el tiempo y el espacio, desechando cualquier teoría que hayamos creído coherente. Es un desafío a la ciencia, a nuestra forma de entender conceptos tan cotidianos pero tan abstractos como presente y futuro.
Es una película bastante recomendable, sobre todo para aquellos amantes de la ciencia ficción y de la acción. No hay muchos efectos especiales y la trama, en sí, no es muy enrevesada, pero lo simple se complica sin que apenas nos demos cuenta y, sin ser conscientes de ello, acabamos envueltos en una especie de realidad paralela en la que jamás habíamos pensado.
Nota Making Of: 8,5
Código fuente, de Duncan Jones, llegará a la cartelera española el próximo 15 de abril.
