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27 abr 2012

Georges Mèliés, el papá del cine

Gracias al estreno de películas como The Artist o La invención de Hugo que conmemoran los estrepitosos comienzos del cine, hoy queremos dedicar nuestro FILMA2 a uno de los grandes genios que contribuyó a la creacción de la magia que podemos ver hoy en día en la gran pantalla, Georges Mélies.
Imagen de perfil de Georges Mélies
Entre los escasos asistentes que se asombraron ante una nueva invención llamada cinematógrafo estaba Georges Mélies aquel 28 de diciembre de 1895. Se desconoce si Mélies salió corriendo de la sala al ver avanzar al raudo tren hacia la platea pero, si se conoce, que fue veloz su ofrecimiento para adquirir el “juguete sin futuro comercial”, tal como definieron los Lumiere a su invento. Estos fracasaron en su pronóstico sobre el devenir del cine y Georges Mélies en la posibilidad de adquirir el novel aparato. Aunque si algo definió a Mélies fue su tesón infranqueable. Infimamente desanimado por la negativa del nuevo juguete, compró un artefacto similar al inglés Robert W. Paul y se dedicó a rodar pequeñas escenas de la vida cotidiana. Escenas domésticas y cotidianas que nunca anunciarían el preámbulo del creador de los efectos visuales en el cine.

Un buen día, de aquellos que determinan por accidente el curso de la historia, la cámara de Mélies se trabó al realizar un rodaje y en proyección comprobó que mágicamente la escena desaparecía por completo ante sus ojos y mutaba en otra. Un truco impensado que cambió la suerte de Mélies y del cine mismo aunando la magia, las escenografías teatrales, el ilusionismo y las historias ficcionales para construir el primer modelo de espectáculo.

Cartel de Los hombres con mil cabezas

Hacia finales de 1896, Mélies rodó por primera vez una película denominada  Escamoteo de una dama, con la historia de una mujer que se convertía en esqueleto y volvía a ser mujer. Su siguiente labor El hombre de las mil cabezas con una ingeniosa combinación de  mecanismos que permitía a partes desconectadas de un mismo cuerpo moverse hacia diferentes direcciones, significó un escalón más a la ilusión.

Siempre tuvo en claro que el entretenimiento visual es efímero y que hoy deslumbra lo que mañana se olvida. Su aporte al cine no se limita entonces a este único ingenio sino también en dotar al cine de un desarrollo argumental y visual, componiendo historias más largas y con diferentes tipos de planos. La cámara fija llegaba a su fin y el primer gran ejemplo fue La luna a un metro. Este film explotó un recurso cotidiano en el realizador, el sueño que se convertía en realidad merced a la Luna que baja a la tierra y devora al astrónomo dormido.

Con todo, los errores estaban a la orden del día y con cada nueva película también la posibilidad de ir corrigiendo los defectos previos. Así, el director incluyó en cada film avances en la técnica del montaje y de puesta de cámara que, sin quererlo, iban constituyendo el arte narrativo del cine. Algo que en los Estados Unidos terminaría de puntualizar David Wark Griffith y, poco después, las vanguardias artísticas en el cine.
Cartel de Viaje a la Luna
Indudablemente la película que dejó en la historia a Georges Mélies es el Viaje a la luna con la imagen que devuelve a un gigantesco cohete incrustado en una desproporcionada Luna y que un catálogo de la época definió así, “la Luna se agranda rápidamente hasta alcanzar dimensiones gigantescas. Gradualmente, toma la forma de una cara grotesca y animada que sonríe santurronamente. De pronto, la cápsula llega con la rapidez de un rayo y pincha un ojo de la Luna. Ante esto, la cara hace muecas horribles, mientras lágrimas enormes le caen de la herida”. Parodia de Verne y Wells, es un logro de producción entre telones pintados, luz solar y decorados de cartapesta. Los astronautas de aquel viaje descubren una Luna maravillosa pero también habitada por iracundos selenitas con cabezas de crustáceos. 

Fue su mayor éxito de los centenares de films que rodó entre 1896 y 1914. Poco a poco, el avance del corporativismo en el cine y las grandes cadenas productoras fueron acorralando su espíritu quijotesco. La Primera Guerra Mundial fue el golpe definitivo para sus trucos visuales y para un género que mucho tiempo después sería denominado ciencia ficción. Cuando los surrealistas propiciaron la reivindicación de su genio, se le concede la Legión de Honor francesa en 1931 tras encontrarle vendíendo golosinas y juguetes en un pequeño negocio de una estación de trenes de Montparnase. Enterrado en el cementerio de Pere-Lachaise en París el 21 de Enero de 1938, su tumba no es tan famosa como personajes como Oscar Wilde pero no se priva de estar escrita con palabras de agradecimiento y dibujitos de aquellos que dejaron de ser niños, o que lo fueron gracias a su ventana abierta hacia un mundo de cometas, ensueños y lunas con cara de mazapán.

2 abr 2012

Los orígenes del cinematógrafo se trasladan a la Academia de Cine

Ilusión y movimiento: los orígenes del cinematógrafo, así es como se llama la exposición que recoge la Academia de Cine de Madrid, en la que se han trasladado hasta el siglo XIX para mostrar los artilugios que hacían posible la magia en la gran pantalla.

¿Sabéis lo que es un zoótropo? ¿Para que sirve el praxinoscopio? ¿Que utilidad tenían las sombras chinas en el cine? Esta exposición ofrece una muestra de estos inventos, precedentes a la aparición del cinematógrafo de los hermanos Lumière, que se caracterizaban por provocar el asombro en los espectadores mediante técnicas de engaño y manipulación audiovisual. Estos inventos abrieron el camino a la aparición de la primera cámara de cine pero debido a la evolución tecnológica, estos artilugios cayeron en el olvido.

Actualmente, películas como The Artist o La invención de Hugo nos incitan a echar una mirada hacia atrás en este fascinante mundo que es el cine. En una sociedad marcada por la innovación tecnológica, este viaje por los entresijos del séptimo arte nos invita a conocer la cultura de la imagen de la que somos herederos.


Fotografía de la exposición de Ilusión y movimiento: los orígenes del cine

La muestra incluye objetos de gran valor histórico como un diorama que representa la boda de Eugenia de Montijo con Napoleón III o el cinematógrafo con el que Eduardo Gimeno, en el año 1899, filmó lo que se considera la primera película del cine español, La salida de misa de doce de la Virgen del Pilar.

Ilusión y movimiento: los orígenes del cinematógrafo es una exposición producida y diseñada por Obra Social de CatalunyaCaixa que reúne parte de las piezas cinematográficas de la colección de Josep María Queralto. Este técnico de cine, miembro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España y Miembro de Honor de la Academia del Cine Catalán, es uno de los coleccionistas de aparatos y material cinematográfico más importante de Europa y ha visto en esta exposición un reflejo de lo que quiere que sea su proyecto, la creación de un museo de cine.

La exposición permanecerá abierta al público hasta el día 15 de mayo. Su entrada es gratuita y se encuentra alojada en la primera planta de la sede de la Academia de Cine de Madrid (Calle Zurbano, 3). Merece la pena, ¿no os parece?

19 jun 2011

Georges Mèliés, el primero que hizo el 'Viaje a la Luna'

Georges Mèliés, autor de Viaje a la luna Hoy Making Of echa la mirada hacia atrás para situarse en el siglo anterior y presentarles una de las primeras películas que se realizaron, Viaje a Luna de Georges Mèliés, filmada en el año 1902. Hace más de 110 años de la creación del cine de ciencia ficción y hay que decir que el francés Georges Mèliés fue el máximo responsable ya que a él se debe la aparición de la primera película de ciencia ficción.


George Mèliés, joven mago y director del teatro Robert Houdin, fue uno de los treinta y tres asistentes invitados a la primera proyección de los hermanos Lumière realizada el día 28 de diciembre de 1895. El francés, asombrado por el cinematógrafo de los hermanos Lumière, intenta adquirirlo por todos los medios pero Antoine Lumiére fue rotundo en su respuesta, “No. El aparato podría ser explotado durante algún tiempo como curiosidad científica, pero no tendrá ningún porvenir comercial”. Hoy en día, podemos afirmar que el padre de los hermanos Lumière se equivocaba y ese error fue aprovechado por Mèliés que ante la negativa de Antoine Lumière compró en Londres un aparato similar a Robert Paul para crear más tarde su propio invento, el kinetógrafo. El 4 de abril de 1896 abrió el primer cine de la historia. Pero Mèliés no solo se conformará con la atribución de estos hechos, sino que como buen mago que fue, planteó la posibilidad de crear ficciones a través del cine dando lugar al nacimiento de la ciencia ficción. Gracias a Mèliés la magia entra en el cine que dirige su especialización cinematográfica a los efectos especiales. Fue el pionero de en la utilización de la sustitución de elementos gracias a un error que se produjo en su cámara, además, también fue el primero que utilizó los fundidos en negro y la doble sobreimpresión. También, será el primero que narrará verdaderas historias con el clásico esquema de introducción, nudo y desenlace. Su objetivo a conseguir en todo momento fue entretener a su público y explotar la poesía a través de las imágenes.

Viaje a la Luna, filmada en el año 1902, fue donde se utilizó por primera vez la utilización de la sustitución de elementos al comprobar en una cinta filmada que debido a un error en la cámara utilizada, un autobús se convirtió en un coche fúnebre. Viaje a la Luna es una historia basada en las novelas de Julio Verne y H. G. Welles.

Viaje a la lunaLa historia comienza en una conferencia de astrónomos presidida por el propio Mèliés donde se decide emprender un viaje a la luna para proceder a su investigación. Seis astrónomos emprenden la misión y son lanzados en una cápsula espacial a través de un cañón, lo que le permitirá llegar directamente al ojo derecho de la luna. Exhaustos de viaje, los astrónomos deciden dormir. Mientras duermen pasa una estrella fugaz, la osa mayor aparece representada por caras humanas, Saturno se inclina fuera de una ventana y la diosa de la luna, Febe, provoca una tormenta que obliga a los astrónomos a buscar cobijo. Encuentran una cueva llena de setas donde habitan los habitantes de la luna, los selenitas. Un astrónomo mata sin intención a un selenita, lo que provocará que éstos se revelen contra sus nuevos inquilinos, por lo que no les quedará más remedio que huir y volver de nuevo a la Tierra.

Esta película presenta un nuevo lenguaje cinematográfico caracterizado por la utilización de un guión narrativo, elementos muy teatrales en aquella época como el uso de un vestuario variado, el maquillaje, la puesta en escena exigiendo la utilización de un decorado o la división de escenas superpuestas a través del montaje.

Viaje a la Luna fue una de las primeras películas que alcanzó un gran éxito pero a pesar de todo, el intento de su distribución por los Estados Unidos se vio frustrado por varios técnicos que trabajaban para Thomas Edison que consiguieron piratear los negativos de este film y distribuir la película por Norteamérica. Este hecho provocó que Viaje a la Luna, a pesar de que fue un gran éxito en los Estados Unidos, Georges Mèliés nunca recibió el dinero por su explotación.

Georges Mèliés no llevó a cabo una buena gestión económica y por este motivo se produjo la venta de su productora Star Film, la pérdida de su estudio en Montreuil, la pérdida de la mayor parte de los negativos de sus películas y la demolición del teatro Houdin. A los sesenta y cuatro años de edad acaba trabajando en una pequeña tienda de juguetes de la estación de Montparnasse, hasta que el editor del Cine Journal, Leon Druhot, en el año 1928, le rescata de su anonimato dándole vida de nuevo como el pionero del séptimo arte.

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