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19 ago 2012

'La vida es bella' (1997), de Roberto Benigni


Es el año 1939, Guido vive en la Toscana italiana inocente y feliz, con alma de poeta. Tiene la ilusión de abrir una librería, pero tiene que ganarse la vida como camarero. Un día conoce a Dora, la guapa maestra y se enamora sin remedio de la "princesa", y comienza a cortejarla; tiene como rival a un dirigente del partido fascista. Unos años más tarde, ya casados, tienen un niño. Un día se presentan unos soldados y se llevan a Guido y a su hijo a un campo de concentración nazi. Dora les sigue por amor. Una vez allí, Guido hace todos los esfuerzos que puede imaginar para que su hijo crea que se encuentran en un "campamento de verano" y que están participando en un divertido juego; el motivo, preservar la inocencia del crío de cinco años, y evitarle los previsibles traumas del horror nazi.
Encantadora y tierna, todos los adjetivos resultan pobres para definir esta fabulosa historia de Roberto Benigni, director y actor italiano, que hasta la fecha presentaba en su haber comedias más discretas como Johnny Palillo, El monstruo o El hijo de la Pantera Rosa, logra lo que parecía increíble: un delicado equilibrio para mostrar el horror y la tragedia del holocausto nazi unido a un fino sentido del humor y a la ternura. Hacer bromas sobre campos de exterminio no es una tarea sencilla, enseguida se pueden herir sensibilidades o caer en lo grotesco. El film nos recuerda que aun en las situaciones más terribles es posible encontrar la belleza a través del amor por los que tenemos al lado. El cine de Charles Chaplin se respira en La vida es bella ya que no hay que olvidar que él también se tomó a chiste a Hitler en El gran dictador. Todo esto hace que esta semana incorporemos a La vida es bella en nuestro Hitos del cine, que lo es sobradamente.

Reacciones
Cuando se anunció el rodaje de La vida es bella, hubo protestas de la comunidad judía italiana. Benigni se reunió con ellos, e incluso permitió el asesoramiento de algunos supervivientes de Auschwitz para asegurar que el tema del holocausto se trataba con respeto. En Roma un periódico dejó una línea telefónica abierta para los que quisieran protestar por la película. Una vez estrenada la película, la comunidad internacional judía la aplaudió: primero en Milán, luego en Jerusalén y, finalmente, en Estados Unidos.

Violeta Friedman, superviviente de Auschwitz, dijo: "La película es una comedia, ni más ni menos. Roberto Benigni ha hecho de una triste historia una comedia. Creo que se puede hacer humor sobre muchas cosas, pero éste es un capítulo muy duro de nuestra historia, sobre el que no se debería jugar. No puedo negar que la película está rodada con muy buen gusto, que el tema está tratado con el mayor de los respetos. Pero para nosotros, los supervivientes de la Shoah, es muy doloroso ver en la pantalla algo que no se parece en nada a lo que fue la realidad".

La película fue proyectada a Juan Pablo II en el Vaticano. Las palabras de Benigni fueron: "no puedo decir, por cortesía, lo que me dijo el Papa. Pero sé que le gustó la película. Sé que la ha apreciado, que ha comprendido la propuesta de que hasta en el campo de exterminio se puede ver una luz de belleza".

Porque "La vida es bella es una frase que va más allá de la película, que resume toda una actitud hacia la vida, que tenemos todos la posibilidad y hasta la obligación de encontrar bella", según Benigni.

Premios
La película ha recibido más de 40 premios internacionales, incluyendo 3 Oscar (Mejor película extranjera, Mejor actor (Roberto Benigni) y Mejor banda sonora dramática) y el Gran Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes.


Curiosidades
Benigni se tiró a los pies de Martin Scorsese y empezó a besarlos cuando fue anunciado su premio en Cannes; al recibir el Oscar al Mejor film extranjero salió a recogerlo avanzando por encima de las butacas.

Después de ver el film, el padre de Roberto Benigni se levantó para gritar "Muy bien, hijo. Por fin has hecho una buena película." El padre de Roberto trabajó dos años en un campo de concentración y, desde su regresó, "su mayor obsesión era contarle a todo el mundo lo que le había pasado. Cuando mi hermano y yo éramos muy pequeños, nos lo contó de forma muy trágica".

La actriz Nicoletta Braschi es la esposa de Benigni en la película y en el mundo real. Se casaron en 1991 y asegura que "cada día que pasa nos queremos más".

En Estados Unidos ha costado más dinero la promoción de la película, unos 15 millones de dólares, que lo que fue el coste real de producción de la película, unos 6 millones de dólares.

El film ha recaudado más de 57 millones de dólares sólo en Estados Unidos. Se trata del film extranjero con mayores ingresos de taquilla en ese país.

Roberto Benigni se pasó varios meses en Estados Unidos haciendo la promoción del film: acudió a todo tipo de fiestas, hizo el gracioso con todo el mundo, y asegura que lo único que le faltó fue "hacer pis con Charlton Heston".

27 may 2012

'Luces de la ciudad' (1931), de Charles Chaplin

'Luces de la ciudad' (1931), de Charles Chaplin. HITOS DEL CINE. Revista Making Of

Esta semana en HITOS DEL CINE va dedicada a una de las películas más conocidas del cine mudo en blanco y negro. Se trata de Luces de la ciudad del mismísimo Charles Chaplin.

Esta producción forma parte de la gran colección del artista. Fue producida en Estados Unidos en 1931 y estuvo escrita, dirigida e interpretada por él mismo.

Se balancea entre el romance, la comedia romántica y la comedia dramática y todo ello destaca en el espectacular género histórico del cine mudo.

La cinta nos muestra la historia de un vagabundo que se está enamorado de una mujer ciega que se dedica vender flores. Ella cree que él es un hombre adinerado y él para no defraudarla y hacerse querer se deja la piel para encontrar algo de dinero y poder ayudar a la joven invidente. Se hace amigo de un millonario para que le proporcione algo de dinero, que después le devolverá, prueba diferentes trabajos, de los que es despedido, combate con un boxeador y todo para que finalmente termine en la cárcel. Pero antes de eso, consigue el dinero suficiente para que su amada pueda pagar el alquiler del piso en el que vive y para la operación a la que se tiene que someter para poder ver.

Finalmente el sale de la cárcel y descubre que ella está curada y que ha prosperado en la vida, mientras él sigue siendo un pobre muerto de hambre. Ambos se cruzan y ella, ansiosa por encontrarlo, lo reconoce con tan sólo tocarle las manos. La secuencia final de la película es muy enternecedora, pues el amor y el "happy end" vuelve a triunfar una vez más.

En la película cabe destacar valores positivos como son el amor, la generosidad desinteresada y la amistad pero también deja ver claramente un trasfondo más oscuro como es la distinción entre clases. De no ser porque es muda y en blanco y negro podría decirse que es totalmente atemporal ya que la temática elegida para la producción se puede aplicar perfectamente a nuestros días y los aspectos que muestra pueden aplicarse de manera universal.

Se trata de un film como muchos elementos cómicos, que consiguen arrancar la sonrisa tanto a mayores como a pequeños y la banda sonora que acompaña a las acciones es indiscutible, pues encaja a la perfección.

Los compañeros de interpretación de Chaplin fueron Harry Myers, que encarna a su amigo millonario, Virginia Cherrill, que es su florista del alma y Florence Lee como abuela de la joven florista.

Destacar por último la apertura de la película. Aparece Chaplin dormido sobre una estatua a la que ese mismo día y a esa misma hora iban a inaugurar. Aquí el actor deja surgir su fantástica interpretación con numerosos movimientos y expresiones de la cara, manos y pies, dejando perplejo al espectador desde el principio.

1 abr 2012

'El Gran Dictador' (1940)

Cartel de 'El gran dictador'Estrenamos mes dedicando los HITOS DEL CINE a una de las películas más emblemáticas protagonizadas por Charles Chaplin, El gran dictador, en respuesta a un lector que ya nos sugirió hacer la crítica de La Reina de África.

Muchos guiones se han escrito ya sobre el nazismo, pero ninguno como el de este clásico, que ofrece una visión menos morbosa y más cómica y sutil del que ha sido uno de los acontecimientos más censurables de nuestra historia. Para los que conocéis esta gran obra, seguro que os apetece recordar el discurso final que nos desvela una de las facetas más inestimables de Chaplin:



Para los que aún no estáis familiarizados, El gran dictador es la historia de un barbero que tras participar en la Primera Guerra Mundial pierde la memoria después de salvar a un oficial alemán, Schultz. Este posteriormente jugará un papel fundamental en el gobierno de Adenoid Hynkel, dictador de Tomania (interpretado, al igual que el barbero, por Charles Chaplin). Cuando recupera parte de su salud, el país se encuentra sumido en la desesperación acaecida por la Segunda Guerra Mundial, y aunque trata de volver a retomar su vida, su pertenencia a la religión judía le impone unas barreras insalvables. De no ser por el agradecimiento que siente Schultz (Reginald Gardiner) hacia él, y de la ayuda que desde su llegada le ofrece la bella Hannah (Paulette Goddard, su tercera esposa), su vida en el Ghetto hubiese sido más difícil aún.

En un intento por hacer entrar en razón al dictador de Tomania, Schultz es considerado un traidor y condenado a terminar sus días en un campo de concentración. Pero el barbero, y sus amigos del Ghetto, deciden ayudarle a salvarse de una muerte segura. Es ahí donde empieza una arriesgada e ingeniosa lucha, plagada de casualidades, por la supervivencia propia y por la defensa de un pueblo castigado por la tiranía absurda de un Hynkel cegado por la ambición de dominación mundial bajo el emblema de la raza aria.

Hanna y el barbero, una historia de amor en 'El gran dictador'
Una película escrita, dirigida y protagonizada por el propio Charles Chaplin en 1940, que cuenta con cinco nominaciones a los premios Oscar, de las cuales no ganó ninguna. Si bien posee pequeños matices que aún pueden reconocerse en nuestra realidad más actual, es una sátira de la política nacionalsocialista y dictatorial de Adolf Hitler, y de su demencial discriminación hacia los judíos. Una perspectiva en clave de humor de lo que fue, y lo que sin embargo pudo haber sido.

Por El gran dictador, el primer largometraje con diálogos de Chaplin, tuvo que exiliarse de Estados Unidos, pues fue fuente de críticas y amenazas debido a su caracter crítico con la situación que se estaba viviendo en Alemania. El propio director reconoció, una vez se hubo destapado años después el horror de la guerra y del genocidio judío, que de haber conocido esos detalles no habría llevado a cabo el rodaje. Sin embargo, ha sido una de sus producciones más rentables y reconocidas en diversos sectores relacionados con la industria.

Chaplin rodando 'El gran dictador'
Esta obra maestra, financiada íntegramente por el propio Chaplin, se dice que fue vista por el propio Hitler. Tardó en rodarse más de un año, y en ella incluso se improvisó un idioma inexistente, que sin embargo es utilizado en los discursos de Hynkel. Además, el barbero judío sigue recordando en algunas facetas a Charlot, personaje característico del período de cine mudo de Chaplin, cuyas actitudes aparecen por última vez en esta película. Prohibida en España hasta 1975, nada más debo decir de ella. Hay que verla.

24 dic 2011

'The Artist', la elegancia del cine mudo

Cartel de la película The Artist, de Michel Hazanavicius
Estamos en el S. XXI. Un siglo en el que las nuevas tecnologías están a la orden del día; un siglo en el que las películas en 3D comienzan a ser habituales. Así pues ¿quién podría imaginar que una película muda y en blanco y negro iba a revolucionar no sólo a la industria cinematográfica sino a los críticos de medio mundo?

El valiente en desafiar a los tiempos ha sido el francés Michel Hazanavicius, director del film, que ha querido rendir homenaje a los inicios del Séptimo Arte.

La película nos sitúa en el Hollywood de 1927. George Valentin es un prestigioso actor del cine mudo que se encuentra en la cima del éxito pero que verá como su fama se desvanece con la llegada del sonoro hasta caer en el olvido. En contraposición, Peppy Miller comienza a despegar con la decadencia del cine mudo y llegará a convertirse en una gran estrella.

The Artist nos lleva por la vida de estos dos actores y por los primeros pasos de la industria cinematográfica. Nos descubre el Hollywood de aquéllos años (que no ha cambiado tanto como uno cree) y nos enseña, por si acaso lo olvidamos, que la fama es simplemente un estado transitorio de la vida y que el reconocimiento, para bien o para mal, no es permanente, puesto que depende de muchos factores que el ser humano es incapaz de controlar.

La película está muy lograda y evoca a la perfección ese primer cine en el que sobraban las palabras; ese cine en el que los actores tenían que decirlo todo con una mirada, una sonrisa, un gesto.

Escena de la película The Artist, de Michel Hazanavicius, con Jean Dujardin y Bérénice Béjo

The Artist es un largometraje mágico que emociona al espectador con su belleza y originalidad. Los amantes del cine clásico adorarán esta película, pero los incondicionales de las grandes superproducciones también lo harán porque es imposible resistirse a un trabajo tan bien hecho.

La pareja protagonista, Jean Dujardin y Bérénice Béjo, hace un trabajo de interpretación impecable digno de actores de la talla de Charles Chaplin, Gloria Swanson o Joan Crawford, grandes estrellas del cine mudo.

Por todo esto (y todo lo que los espectadores experimentan mientras ven la película) merece la pena ir al cine a ver esta pequeña obra maestra. El único aspecto negativo sobre The Artist es que se proyecta en pocas salas, en comparación con otros títulos más comerciales, y en este punto, ni director ni actores han tenido responsabilidad alguna.

Nota Making Of: 9

15 abr 2011

Charles Chaplin


Charles Chaplin Hoy, 15 de abril, se cumplen 125 años del nacimiento de uno de los más grandes del cine mudo, Charles Chaplin. Sin duda es uno de los actores que, sin palabras, te hace estremecer, emocionarte, llorar y reír.

Hijo de un cantante y una actriz, no pasó por una infancia fácil. Desde muy pronto se quedó sólo con su madre y su hermano. Luchador y entregado, siempre luchó por salir de esa situación y poder tener una vida más cómoda. Le unía un estrecho vínculo a su madre, que por la falta de dinero y los fracasos cosechados hasta el momento sufrió una grave enfermedad mental que le obligó a entrar ingresada en un centro psiquiátrico.

Aprovechando sus virtudes, Charles empezó a trabajar como actor con cinco años en Aldershot. Siempre estuvo muy unido a su hermano mayor, Sidney, quien también terminaría dedicándose al mundo cinematográfico.

En 1897 se unió a los Eight Lancashire Lads (Los ocho muchachos de Lancashire), un grupo de actores amateurs que se dedicaban a hacer giras por los pueblos. Destacó por encima de todos, y eso le permitió que diversas compañías le contrataran para que trabajase en Hollywood.

Charles ChaplinSu personaje por excelencia, ese vagabundo que sobrecogía los corazones de todo aquel que lo viera fue idea exclusiva de él. Pensaba que para hacerse un hueco, debía crearse su propio personaje, y gracias a un vagabundo, le copió la forma de vestir y de andar, y ahí surgió CHARLOT.

Los papeles le llovían y su fama iba en ascenso sin capacidad de parar. Charlot ya era todo un mito. Pasó de obedecer las órdenes de otros, a dirigirse a él mismo. Creó su propia productora, fichó a un grupo de actores que serían los que participaran en sus proyectos, y así consiguió cosechar el resto de sus éxitos.

Todos los que pasaban por las manos de Charles Chaplin decían que era un hombre muy exigente, que podía grabar una escena hasta 100 veces aunque estuviese bien a la primera. Eso hacía que sus trabajos tardasen en salir, pero aseguraba la calidad en cada una de las escenas.

Se resistió a dejar el cine mudo, a pesar que sus contemporáneos ya estaban metidos en el mundo del cine sonoro.

Uno de sus últimos trabajos dentro del cine mudo fue El chico, en la que aparece junto a un niño, a quien se dedicó a cuidar y proteger, pues, según se cuenta, vió en él, su propia infancia. La historia de este corto cuenta la relación de Charlot con un joven niño, a quien arrancan de sus brazos. En él, se ven imágenes conmovedoras y completamente sufridoras. Ese niño que aparecía junto a Charlot, consiguió obtener el cariño de todo el público. El actor Charles Chaplin

Una vez que decidió pasar al mundo sonoro dentro del cine, una de las películas que destacan es El gran dictador, un film que narra a modo de broma, ironía y burla, las andanzas de un dictador y todo lo que éste hace en sus relaciones con su propio país y con sus vecinos. Deja en ridículo la actitud del que, a leguas, se sabe que es Adolf Hitler.

Se dice que éste, pedía ver esta película en muchas ocasiones, y nunca supo que era de él, de quien se reía. Pero este dato no está confirmado.

Charles fue un personaje entrañable hasta el último de sus días, nunca soñó con ser quien no era, y nunca fue quien no quiso ser. Soñó y consiguió vivir su sueño. Se dedicó a lo que le gustaba, a lo que mejor se le daba, y no hacía otra cosa que no fuese hacer sentir bien a quienes le rodeaban.

Su personaje, Charlot, mostraba toda la alegría, el optimismo, la capacidad de salir de cualquier situación, por muy difícil que fuese; y todo ello, a pesar de la tristeza y la oscuridad que rodeó a Charles, desde el principio de su vida. Antes de su fallecimiento, recibió de manos de la Academia, el Oscar honorífico por toda su carrera, algo que le emocionó y que agradeció hasta el último de sus días.

Charles Chaplin nos dejó en la navidad de 1977. Ese día, el cine, y el mundo en general, perdieron a un gran hombre, imitado en cualquier rincón, y que, aún hoy, las generaciones que no lo conocieron, saben quién fue. Desde siempre, y para siempre... Charles Chaplin... Charlot.

Conjunto de imágenes de Charles Chaplin
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