Un lugar reducido con poca iluminación e insonorizado donde la voz limpia y cargada de emociones prima sobre todas las cosas y la buena acústica, unida a un sin fin de posibilidades, da lugar a una extensión de la fábrica de sueños. Así es el doblaje, técnica que sustituye la voz del actor original por la de otro profesional en la misma lengua o traduciendo los diálogos a otro idioma.
El doblaje actual poco tiene que ver con sus inicios, la primera película doblada al español fue Entre la espada y la pared en 1931. Esta tarea se llevó a cabo en Francia por la sede Europea de la productora y distribuidora Paramount Pictures. Sin embargo, la primera película que se dobló y se estrenó en España fue Desamparados, fechada en el mismo año. Por aquel entonces los dobladores protagonistas visionaban la película al igual que el director de doblaje.
Actualmente el director es el único que ve el largometraje mientras que los actores de doblaje se enfrentan al reto de poner voz a escenas que no han visto anteriormente y que ensayan en esa misma jornada. Roberto Cuenca, director y actor de doblaje con una amplia trayectoria profesional, dijo que le había costado muchísimo adaptarse a este ritmo ya que aprendió memorizando el texto de cada escena porque antes se disponía de mucho más tiempo.
El avance de la técnica ha acelerado los procesos de postproducción reduciendo las jornadas e incrementando el volumen de trabajo. El profesional puede doblar todas sus escenas en un solo día, dos como máximo; esto también se debe al intento de ahorro económico por parte de distribuidores y estudios, ya que los actores cobran tanto por convocatoria como por grupo de frases denominados “takes”.
Los primeros estudios españoles surgieron en 1932 con la creación de T.R.E.C.E. en Barcelona y un año después con Fono España en Madrid. Un estudio actual es ENBOCA Audiovisual fundado en 2005 por Moni Mayoral, Directora Comercial y José Luis García, Director de Producción. Además de doblaje realizan proyectos de postproducción como subtitulación de vídeos, efectos sala, trailers, promos, spots y Making of entre otros.
En la actualidad están mejorando los ambientes de la comedia española Carne Cruda y doblando la película finlandesa Cartas al Padre Jacob. El director de doblaje Pepe Frías es el encargado de supervisar este proyecto, al tiempo que pone voz a uno de los personajes. “El director se ve la película en su casa. Si uno dirige y se da un papel es más fácil, porque ya se ha visto la película y los diálogos” a lo que añade que quizá es más sencillo dirigir que doblar. El señor Frías se dedicó únicamente al doblaje hasta 1993 para posteriormente encaminarse a la dirección en los estudios de Malmaison de Madrid.
Roberto Cuenca se encarga de doblar al protagonista de dicha película mientras que fija la vista en la pantalla sin quitar ojo al guión, siempre teniendo en cuenta la dificultad que esto supone sabiendo que debe ajustar su voz a las pausas y movimientos labiales del personaje. “El doblaje te absorbe mucho porque son muchas horas” dice Roberto Cuenca, que probó suerte en el teatro, cine y televisión antes de dedicarse completamente a este mundo, ya que su situación familiar de casado le exigía una estabilidad económica para el sustento de toda la familia.
En su misma situación se encontraban muchos actores, entre ellos el veterano de la profesión Claudio Rodríguez que tiene en su haber registros tan variados como el clásico Charlton Heston o el actualmente conocido Dambledore, personaje de ficción de la saga Harry Potter. “El doblaje entonces estaba considerado como lo mejor pagado” afirma el señor Rodríguez que comenzó su trayectoria vocal en la radio para después conseguir su primer papel como actor de doblaje en El Gato Pardo del año 1963.
Ambos autores, como otros tantos, aprendieron la profesión ejerciéndola sin tener una formación explícita de la materia. Moni Mayoral explica: “Tú aprendías el oficio entrando como principiante”. Esta era la única manera para posteriormente obtener un puesto remunerado.
No hace mucho tiempo que se han creado escuelas de doblaje en las que se enseñan diferentes técnicas vocales. Un ejemplo de ello es AM Estudios en Madrid, donde además de dar formación apoyan proyectos innovadores audiovisuales como doblaje, locución, plató, diseño y también literarios pues disponen de una editorial. Entre los profesores de este estudio destaca el anteriormente mencionado Claudio Rodríguez y por otro lado Eduardo Guitiérrez, voz habitual del personaje de animación Stewie de la conocida serie Padre de Familia. El señor Gutiérrez destila naturalidad y compromiso con su profesión tanto de actor como de docente. Para ser profesor es conveniente estar en activo debido a que así se puede enseñar a los alumnos lo que posteriormente se encontrarán en el medio.
Eduardo Guitiérrez asegura que aprende mucho cuando enseña e intenta trasladar sus conocimientos adquiridos a lo largo de su trayectoria profesional. Lo más importante para ser actor de doblaje es tener ganas de comunicar y contar cosas, cuando hay potencial dentro de un alumno termina por salir. “A fin de cuentas lo que estamos haciendo, aunque sea con la voz, es destapar nuestros sentimientos para que el espectador se lo crea, soltar sensaciones” declara el profesor.
Esta profesión se ha ido especializando poco a poco, en parte por los avances tecnológicos que han propiciado un aumento del volumen de películas y, en consecuencia, una demanda mayor de especialistas del doblaje. Por ello es de esperar que el número de escuelas se multiplique y el sector siga creciendo asegurando su continuidad.
Ana Mª Indiano Moreno y Tania Sanz García
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