Todos conocemos la importancia que tiene un director de cine a la hora de rodar una película. También sabemos que el trabajo de los actores es una de las piezas clave de todo film, pues son la cara más visible de la composición final. Pero, seguramente, todos, o la gran mayoría, no nos paramos a pensar en la relevancia que tiene el director de fotografía en el buen (o mal) resultado de un proyecto cinematográfico.
Hoy, cumpliendo con nuestra premisa más característica, Making Of se traslada detrás de las cámaras y dedicamos este espacio a estos profesionales desconocidos y a su gran labor.
Podríamos decir que un director de fotografía se encarga, principalmente, de la creación artística de imágenes para la puesta en escena de producciones cinematográficas, televisivas y de vídeo con el fin de realizar una obra audiovisual o publicitaria. Determina y supervisa los parámetros técnicos y artísticos para la toma de imágenes como la iluminación, la composición visual y los movimientos de cámara, por lo que esta profesión conlleva, entre otras cosas, a jugar con las luces y las sombras.
El director de fotografía no sólo recrea ambientes sino que también debe favorecer la imagen de los personajes que se mueven por la escena. Tiene que conseguir que el rostro de los actores destaque en la pantalla.
Todas las tareas que realiza le llevan a estar en contacto permanente con todos los miembros del equipo de rodaje, desde el director de la película hasta el equipo de maquillaje y peluquería, sin olvidarnos, por supuesto, de los encargados de la iluminación.
Todos los anteriormente mencionados son los roles clásicos con los que juegan estos profesionales pero quizá, en la actualidad, su profesión va un poco más allá, puesto que la fotografía cinematográfica está alcanzando una importancia notable a la hora de vender una película. A medida que se va acercando la fecha de estreno de los films, especialmente de grandes producciones o de sagas taquilleras, van llegando imágenes, tanto fijas como en movimiento, para aumentar más esa expectación que se genera. En este punto el papel de los directores de fotografía es vital porque una buena imagen, que logre recrear el ambiente y la esencia del largometraje, puede despertar el interés de los espectadores más dormidos.
Algunos de los directores de fotografía españoles más famosos son Juan Amorós (El juego del ahorcardo, Desde que amanece apetece), José Luis Alcaine Escaño (Las trece rosas, Volver) y Néstor Almendros (Días de cielo, Kramer vs. Kramer).
En el panorama internacional son dignos de mención Eduardo Serra (Harry Potter y las reliquias de la muerte), Russel Carpenter (Titanic, 21: Black Jack, La cruda realidad) y Andrew Lesnie (El Señor de los Anillos, The Lovely Bones, Babe, el cerdito valiente)
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