"No sabes lo que se siente al perder a alguien, porque sólo lo sabrás cuando ames a alguien más que a ti mismo", dijo Robin Williams en su papel de la película El Indomable Will Hunting, último Óscar del actor. Ahora los futuros personajes que podría haber encarnado -como la vuelta prevista de la Señora Doubtfire- no se harán realidad, se han perdido tanto o más como él perdió su sonrisa en busca de un buen puerto para lidiar con su tormenta personal: "una fuerte depresión que sufría desde hace años", según explicó su representante Mara Buxbaum.
El actor norteamericano fue encontrado sin vida el pasado lunes en su casa de Tiburón, en la bahía de San Francisco. Aunque todavía se le tiene que practicar la autopsia para saber si estaba bajo los efectos de alcohol u alguna droga, todo apunta a que la causa de su fallecimiento fuera el suicidio por asfixia. Williams recayó en dichas adicciones en 2008, cuando se divorció de su primera mujer. Llevaba entonces 20 años sin recaídas. A partir de ese momento el intérprete ha estado luchando contra estos problemas e incluso recientemente había estado internado -por voluntad propia- varias semanas en un centro de rehabilitación.
Williams, fuente de sueños e ilusiones infantiles al dar vida a un emotivo Peter Pan, protagonizar el juego trepidante de Jumanji y pasar una noche movidita en el museo, parece no haber tenido fuerzas y se ha ido Más allá de los sueños. Su hija Zelda fue su último pensamiento en las redes sociales el 31 de julio, cuando Robin la felicitó por su cumpleaños acompañando sus palabras con una fotografía antigua de ambos. Luego de la inesperada pérdida y para despedirse públicamente, la que "siempre será su niña" le respondió con un fragmento de El Principito de Saint Exupery: Tendrás las estrellas como nadie las tiene. En una de ellas estaré viviendo. En otra estaré riendo. Entonces será como si todas las estrellas estén riendo cuando mires al cielo por la noche. Tú y solo tú tendrás estrellas que pueden reír", a lo que añadió: "Te quiero. Te echaré de menos. Intentaré seguir mirando hacia arriba".
El Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, también se hacía eco y lamentaba la pérdida de este inimitable comediante: "Robin Williams fue un piloto, un genio, un presidente, profesor, un maravilloso Peter Pan y todo lo que se pueda imaginar. No había otro como él. Llegó a nuestras vidas como un extraño y terminó tocando los pilares del espíritu humanos. Nos hizo reír. Nos hizo llorar. No dejó de dar muestras de su talento y humanidad, especialmente a los que más lo necesitaban: Nuestras tropas, los desfavorecidos y marginados que viven en las calles. Toda la familia Obama enviamos nuestra condolencia a la familia de Robin, amigos y todos aquellos que encontraron una voz y la inspiración gracias a Robin Williams".
Mientras nosotros desde Making Of nos despedimos con un humilde hasta siempre entonando desde el pupitre más alto un "Oh Capitán, mi capitán!" al que fuera el inspirador profesor de El Club de los Poetas Muertos, un hombre que nos hizo reír con su increíble capacidad gesticular y que mostró su lado más amable ante la gran pantalla. El séptimo arte y todos los que hemos crecido con sus historias quedamos desolados ante la pérdida de un gran profesional, pero nos acogemos al anhelo de Susan Schneider, la actual esposa de Williams: "Nuestro deseo es que la atención no esté puesta en la muerte de Robin, sino en los incontables momentos de alegría y risas que regaló a millones de personas".
"Oh Capitán, mi Capitán:
levántate aguerrido y escucha cual te llaman
tropeles de campanas.
Por ti se izan banderas y los clarines claman.
Son para ti los ramos, las coronas, las cintas.
Por ti la multitud se arremolina,
por ti llora, por ti su alma llamea
y la mirada ansiosa, con verte, se recrea".
Walt Whitman
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