Paul Thomas es un aclamado director y un exitoso cineasta. Después de estar cinco años apartado del cine, su aparición en la gran pantalla ha causado una gran expectación, pero esa expectación se ha convertido en decepción para algunos de sus más fieles seguidores. Paul Thomas se ha arriesgado con una película que roza casi lo poético que no es apta para todos los públicos debido a la dificultad de la extracción de la interpretación del filme. The Master posee los ingredientes fundamentales para una perfecta guarnición: La interpretación de todo su elenco es exquisita, el contexto visual encaja a la perfección pero falla el plato principal.
The Master nos cuenta una historia que no está delimitada. No se define. No se sabe a ciencia cierta si es un reflejo de las relaciones entre maestro y discípulo, o una inmersión en la mente de un hombre perturbado con grandes problemas psicológicos que vive obsesionado con el sexo o es una crítica a la creencia acérrima en 'la causa'. Esa ambigüedad que para los entendidos es un acierto, para la gente de a pie consigue que la gente huya despavorida y aburrida antes que finalice la proyección de la cinta.
Paul Thomas ha tenido entre manos la oportunidad de llevar a la gran pantalla la vida de L. Ron Hubbard, padre de la Cienciología y creador del desarrollo de las ideas filosófico espirituales en un mundo deshumanizado y carente de los valores asertivos que posee la persona. Pero esta historia supuestamente de fanatismo y sumisión ante lo desconocido, esa creencia ciega en una causa que se desconoce se ha desvanecido ante la falta del hilo argumental de la película.
Paul Thomas nos cuenta su particular historia de L. Ron Hubbard a través de un joven veterano de la Segunda Guerra Mundial, llamado Freddie Quell con problemas con el alcohol, obsesionado con el sexo y con el lastre de los traumas que acechan su infancia. Quell tuvo la suerte (o la desgracia) de toparse con Lodd, un falso predicador que va a erigir su imperio de falacias a través de la persuasión que no admiten cuestión por gente desvalida emocionalmente. Freddie Quell y Lodd no son más que las dos caras de la moneda estableciendo así un vínculo especial que será cuestionado por todos los miembros de la familia de Lodd.
Los eternos 140 minutos de película los salva la excelente interpretación de Joaquin Phoenix por la cual está nominado al Óscar como mejor actor principal, Hoffman o Adams. Paul Thomas se apoya de una fotografía cercana donde destaca el primer plano ayudándose además de una banda sonora envolvente, pero a pesar de tener los ingredientes adecuados, el espectador abandona la sala de cine sin saber lo que ha visto, con la sensación de que han sido los peores 7 euros que ha invertido en su vida. Quizá estemos ante una obra de arte pero yo no lo he sabido ver.
Nota Making Of: 5
No hay comentarios:
Publicar un comentario