El trabajo del director David O. Russell ya ha sido nominado en diez ocasiones para llevarse el Oscar en 2014
por la producción La gran estafa
americana. Un dato que nos indica que puede ser muy buena. Fue precisamente
eso lo que me incitó a verla y en efecto,
se trata de un filme muy rico en cuanto
a la interpretación de los personajes se refiere y a su perfecta mezcla en el ir y venir en el
tiempo.
La película comienza retratando a
una pareja de enamorados que se dedica
la estafa profesional, aunque también cuentan con otros negocios a sus
espaldas (varias lavanderías y una galería donde venden arte). Pero sin lugar a dudas, el trabajo que
más les llena consiste en interpretar muy bien unos papeles, durante toda la
película, para engañar a la gente y conseguir dinero a cambio de nada.
En mitad de este entramado e
idílico romance de pareja el protagonista de la película, Christian Bale, juega lo
mejor que sabe las dos caras de una moneda. Durante el día trabaja y disfruta
junto a su verdadero amor, Amy Adams, y por las noches regresa a casa con su
esposa y su hijo. Este peligroso
entramado conducirá a nuestro protagonista hasta una difícil elección: el amor
de su vida o su hijo.
Cuando todo parece ir sobre
ruedas en su negocio ilícito, la pareja es descubierta por un agente federal
que se hace pasar por un cliente y va al lugar del encuentro con el fin de hacerles
picar en el juego y ser delatados por ellos mismos y así mismo sucede. Una vez pillados con las manos en la
masa tienen dos opciones. Una es ir a la cárcel y la otra es trabajar con la policía
con el propósito de coger a los altos
cargos del gobierno y miembros de la mafia que estén involucrados en este
negocio. Escogen la segunda opción y eso les conducirá a un camino peligroso,
de cual, es difícil salir. La gran sorpresa para el espectador llega al final
cuando descubre que los dos protagonistas maquinan un plan perfecto, al margen
de la policía, para conseguir el objetivo que los cuerpos de seguridad quieren
y a la vez salir exentos del asunto.
El final de la película resulta un tanto predecible, pero merece la pena cuando el resto es tan intrigante como sorprendente. Para os que aún no hayáis tenido tiempo de pasar un rato entretenido os animo a verla porque no os va a decepcionar en absoluto.
Como apéndice personal, resaltar
el papelazo que interpreta Christian Bale. Consigue mezclar con éxito la
seguridad sobre sí mismo y sobre sus negocios
y la incertidumbre, pues nunca se sabe cómo va actuar. Su nominación a los
Oscar como mejor actor protagonista es muy merecida.
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