Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson y Liam Hemsworth vuelven a ponerse en la piel de Katniss Everdeen, Peeta Mellark y Gale Hawthorne en la adaptación cinematográfica de la segunda novela de Suzanne Collins, Los Juegos del Hambre: En llamas.
Los ganadores de los Septuagésimo Cuartos Juegos del Hambre, Peeta y Katniss, inician la llamada Gira de la Victoria mediante la cual recorrerán todos los distritos de Panem y serán recibidos en el Capitolio por el mismísimo Presidente Snow. Durante su viaje, los trágicos amantes del Distrito 12 se darán cuenta de que una rebelión se está gestando y que el pueblo está preparado para levantarse, dando comienzo así una serie de sucesos que cambiarán Panem para siempre.
Francis Lawrence toma el relevo de Gary Ross en la dirección, ofreciendo planos simétricos y precisos que nada tienen que ver con los de su antecesor que, en mi opinión, mareaban al espectador. Los Juegos del Hambre: En llamas ofrece mucho más que la primera parte, ahondando en la historia a todos los niveles. Gale tiene más protagonismo en esta entrega, y es que no hay que olvidar que, al igual que Peeta, es un personaje muy importante para Katniss y los tres conforman ese triángulo amoroso que, aunque tiene peso, no es la trama central.
El ambiente político se vuelve más inestable y se muestra cómo un gobierno débil se defiende con violencia y miedo para intentar poner fin a los problemas. El clima de rebelión hace que la crítica social y política sea mucho más profunda y vaya más allá de lo que iba en Los Juegos del Hambre, convirtiendo esta segunda parte en un largometraje más complejo.
Jennifer Lawrence vuelve a mostrarnos el lado más humano de Katniss Everdeen y Josh Hutcherson brilla una vez más como el chico del pan, convirtiéndose en el perfecto Peeta Mellark. Por su parte, Liam Hemsworth aprovecha bien sus apariciones para ofrecer datos sobre su personaje, consiguiendo que, con pocas pinceladas, el espectador intuya de una manera bastante acertada la personalidad de Gale Hawthorne.
La película tiene ritmo, se ciñe bastante al texto original de Collins y pone sobre la mesa, de una manera bastante acertada, todo lo que nos espera en la parte final de la historia. Dos horas y media en las que el espectador se olvida de estar sentado en una butaca de cine y se convierte en un superviviente de Panem.
Nota Making Of: 8
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