Maxime Stransky es el protagonista de esta historia que utiliza el falso documental como género para dar una visión peculiar del Crack del 29, el comunismo y la Guerra Civil Española. Stranky es un actor, un cámara documentalista que trabaja como espía para el partido comunista recibiendo órdenes directas de Stalin. Es una película que se consigue aunando proyecciones reales realizadas por el mismo Stransky con las interpretaciones de actores. Es un falso documental que mezcla realidad con ficción.
El efecto K. El montador de Stalin ofrece un nuevo punto de vista acerca de la construcción de la realidad e invita al espectador a la reflexión planteando una serie de preguntas: ¿Qué poder tiene la imagen a lo largo de la historia? ¿Que ha trascendido del pasado a nuestra historia? Es una película que aún no se no ha encontrado su hueco entre la crítica a pesar de haber sido galardonada con el Premio al Mejor Guión en el Festival Internacional de Guadalajara, México y el Premio Award Od Merit en el Indie International Awards Competition.
La voz en off es uno de los ingredientes esenciales de esta cinta que une las cintas caseras realizadas por Stransky con la ficción inventada por Valentí Figueres y consigue compactar el largometraje. Tiene un ritmo lento que provoca en numerosas ocasiones que el espectador pierda el interés.
Considero que es una película peculiar. No es la típica película que ocupa las carteleras comerciales. Es una película histórica que surge con la intención de que prevalezca en la memoria personajes que han sido importantes en la historio pero que al día de hoy nada se sabe de ellos.
Nota Making Of: 5,5
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