Jesús Monllaó Plana se estrena con Hijo de Caín como director de un largometraje. Sin duda, es una de las bazas más fuertes que se presentan a la decimasexta edición del Festival de Cine de Málaga. Ignacio Garcia-Valiño ha sido el inspirador de este thriller psicológico ya que está basado en su novela Querido Caín. Hijo de Caín es una de esas películas que hacen inquietarte en la butaca mientras tus ojos no pueden dejar de devorar su historia. Consigue mantenerte en vilo hasta el final de película.
Hijo de Caín relata la vida de una familia aparentemente idílica a excepción del fallo de uno de sus componente, Nico. Tras los intentos inútiles de la familia por enderezar a su hijo, deciden pedir ayudar a un psicólogo. Nico es un niño solitario, inteligente, metódico con una única obsesión, ser el mejor jugador de ajedrez. Esta obsesión provocará tenebrosas consecuencias que resquebrajará los cimiento de la familia ideal.
Un apunte curioso de la película es que es doblada íntegramente en catalán excepto las intervenciones de José Coronado. Este hecho realizado así aposta, según ha explicado el director en rueda de prensa, se debe a que es una forma de plasmar cómo es el día a día de una familia meditarranea donde coexisten los dos idiomas.
El elenco del que se ha rodeado Jesús Monllaó es su mejor baza. La mirada penetrante de David Solans consigue estremecer al espectador, engañar le en sus intenciones, desear que todos los males caigan sobre él. José Coronado muestra una frescura innata, una naturalidad que aporta dinamismo al desarrollo del film. María Mollins, en su papel de madre protectora está sublime.
La previsibilidad es el único pero que se podría poner a una de las películas más esperadas del Festival. Monllaó tendría que haber aguantado más el factor sorpresa y enganchar por completo al espectador. Pero aún así creo que ha cumplido las expectativas que se habían depositado en el largometraje.
Nota Making Of: 7
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