Esta semana en HITOS DEL CINE va dedicada a una de las películas más conocidas del cine mudo en blanco y negro. Se trata de Luces de la ciudad del mismísimo Charles Chaplin.
Esta producción forma parte de la gran colección del artista. Fue producida en Estados Unidos en 1931 y estuvo escrita, dirigida e interpretada por él mismo.
Se balancea entre el romance, la comedia romántica y la comedia dramática y todo ello destaca en el espectacular género histórico del cine mudo.
La cinta nos muestra la historia de un vagabundo que se está enamorado de una mujer ciega que se dedica vender flores. Ella cree que él es un hombre adinerado y él para no defraudarla y hacerse querer se deja la piel para encontrar algo de dinero y poder ayudar a la joven invidente. Se hace amigo de un millonario para que le proporcione algo de dinero, que después le devolverá, prueba diferentes trabajos, de los que es despedido, combate con un boxeador y todo para que finalmente termine en la cárcel. Pero antes de eso, consigue el dinero suficiente para que su amada pueda pagar el alquiler del piso en el que vive y para la operación a la que se tiene que someter para poder ver.
Finalmente el sale de la cárcel y descubre que ella está curada y que ha prosperado en la vida, mientras él sigue siendo un pobre muerto de hambre. Ambos se cruzan y ella, ansiosa por encontrarlo, lo reconoce con tan sólo tocarle las manos. La secuencia final de la película es muy enternecedora, pues el amor y el "happy end" vuelve a triunfar una vez más.
En la película cabe destacar valores positivos como son el amor, la generosidad desinteresada y la amistad pero también deja ver claramente un trasfondo más oscuro como es la distinción entre clases. De no ser porque es muda y en blanco y negro podría decirse que es totalmente atemporal ya que la temática elegida para la producción se puede aplicar perfectamente a nuestros días y los aspectos que muestra pueden aplicarse de manera universal.
Se trata de un film como muchos elementos cómicos, que consiguen arrancar la sonrisa tanto a mayores como a pequeños y la banda sonora que acompaña a las acciones es indiscutible, pues encaja a la perfección.
Los compañeros de interpretación de Chaplin fueron Harry Myers, que encarna a su amigo millonario, Virginia Cherrill, que es su florista del alma y Florence Lee como abuela de la joven florista.
Destacar por último la apertura de la película. Aparece Chaplin dormido sobre una estatua a la que ese mismo día y a esa misma hora iban a inaugurar. Aquí el actor deja surgir su fantástica interpretación con numerosos movimientos y expresiones de la cara, manos y pies, dejando perplejo al espectador desde el principio.
Es un placer ver entradas dedicadas a Chaplin.
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