23 sept 2012

'Holocausto Canibal' (1980), de Ruggero Deodato

Sin duda Holocausto Caníbal es una de las películas que más revuelo ha causado en la historia del cine y, por ello, es nuestro HITOS DEL CINE. En 1980, el director italiano Ruggero Deodato la rodó siendo su segunda incursión en el género canibal tras Mundo Caníbal, Mundo Salvaje en 1976.

Holocausto Caníbal cuenta la historia de Monroe, un antropólogo que viaja al corazón del Amazonas en búsqueda de cuatro reporteros desaparecidos meses antes tras desplazarse hasta el denominado “Infierno verde”, dispuestos a rodar un reportaje sobre los supuestos comportamientos antropófagos de las tribus locales. Monroe se gana la confianza de la tribu de los Yanomani y logra que le entreguen las grabaciones de video que el grupo de reporteros llevó a cabo durante su estancia en la selva.

Tras analizar cuidadosamente las grabaciones, Monroe recomienda a los ejecutivos del canal de televisión que pretende emitirlas, que cesen en su empeño. Monroe califica las imágenes de obscenas, inhumanas y no aptas para presentarlas al gran público. Sin embargo no consigue convencer a los ejecutivos, quiénes deciden, finalmente, contemplar por sí mismos el contenido de las grabaciones.

Las diversas reacciones de la sociedad italiana tras el estreno de Holocausto Caníbal fueron, prácticamente, inmediatas. Famosa es la carta que el gran Sergio Leone, famoso por sus primeros planos en los western, le remitió a Deodato tras el visionado de la película, en la que, entre otras cosas le decía: “Querido Ruggero, ¡qué película! La segunda parte es un obra maestra del realismo cinematográfico, pero todo parece tan real que creo que te meterás en varios problemas”. Y así fue. Los problemas no tardaron en llegar y Holocausto Caníbal fue retirada de las salas de cine diez días después de su estreno en Milán, el 7 de febrero de 1980. 


Sobre la obra de Deodato recayó la sospecha de tratarse de una auténtica snuff movie, en la que los cuatro reporteros perdieron realmente la vida en la selva amazónica. Deodato, sin duda alguna, no era ajeno a dicha polémica. Más bien todo lo contrario. Su intención al rodar una película como Holocausto Caníbal (más allá de posibles dobles lecturas) siempre fue conseguir que el público creyera que todo el horror que estaba contemplando en la pantalla era real. Que todo lo que cuenta Holocausto Caníbal ocurrió realmente. A ello contribuía el estilo de falso documental (heredado de las mondo movies de principios de los 70) y unos efectos gore que, si bien no son tan extremadamente realistas como se ha afirmado en algunas ocasiones, si resultaron absolutamente efectivos en su época (en España, la revista Interviú publicó un extenso reportaje en el que se presentaba la película como si fuera un documental real). La prueba definitiva de que Deodato era plenamente consciente del brutal impacto que su película podía tener en la sociedad italiana de la época, la encontramos en el contrato que hizo firmar a los cuatro actores que interpretaban a los reporteros, en el que estos se comprometían a no aparecer en ningún medio público durante el año posterior al estreno de Holocausto Caníbal.

Por supuesto, pese a que Deodato pudiera prever que su película estaba destinada al escándalo y la polémica, posiblemente la magnitud de las reacciones surgidas en contra de la película le acabara cogiendo por sorpresa. Cuando la justicia italiana tomó cartas en el asunto, Deodato no tuvo más remedio que acudir a un programa de televisión y mostrar al gran público a sus cuatro protagonistas vivos. Peor lo tuvo cuando intentó demostrar ante las cámaras el trucaje que se escondía tras la famosa secuencia de la indígena empalada. Por más que lo intentó, Deodato no convenció a nadie a la hora de explicar el trucaje, lo cual, unido al hecho de que la chica en cuestión jamás apareció ante los medios, provocó que las dudas ante la veracidad de las imágenes de Holocausto Caníbal persistieran en algunos sectores.


Una vez despejada la duda de la integridad de sus protagonistas, Holocausto Caníbal tuvo la oportunidad de continuar su carrera comercial, con resultados más que aceptables.

Pero el paso del tiempo no hecho disminuir el carácter polémico de la propuesta cinematográfica de Deodato. Sus muchos detractores siguen considerándola basura fílmica. Un film que, agazapado tras un supuesto mensaje social, apela únicamente al asco y al morbo del espectador, ofreciendo un amplísimo abanico de abusos sexuales, violaciones, torturas, asesinatos, antropofagia y sacrificio real de animales (algo que Deodato jamás negó y que en ocasiones intentó justificar afirmando que después de matarlos, se los comían).

Por otro lado, sus muchos defensores siguen considerando Holocausto Caníbal como una inteligente denuncia de la opresión del hombre civilizado hacia el tercer mundo, y de la violencia y el morbo como fines perseguidos y alentados por los medios de comunicación. Incluso hay quiénes han querido ver en Holocausto Caníbal un documento válido, desde un punto de vista antropológico, sobre el comportamiento de las tribus caníbales de determinadas zonas de la selva amazónica, algo que no se sostiene por ningún sitio.

Personalmente siempre he creído que Rugero Deodato demostró con Holocausto Caníbal ser un tipo muy listo. Desde un punto de vista cinematográfico su obra siempre me ha parecido impecable. Si su objetivo era construir una gran controversia a través de unas imágenes de violencia extrema que muy probablemente provocarían dudas sobre su veracidad en el público de la época, es evidente que su habilidad y su sabiduría como cineasta puestas al servicio de Holocausto Caníbal están fuera de toda duda. En este sentido, su decisión de hacer girar el guión de la película en torno a la recuperación de un material grabado en plena jungla (un material grabado cámara en mano y con un tono documental) siempre me ha parecido sencillamente magistral. Por mucho que hoy en día el tema de la cámara en mano y el falso documental nos parezca un recurso más (incluso sobreexplotado en los últimos tiempos), lo cierto es que la maniobra de Deodato, uniendo los principios sensacionalistas del mondo y el exceso y la náusea del gore, resultó totalmente innovadora y tremendamente eficaz en el momento en que se estrenó Holocausto Caníbal.


Si su intención era esconder un gore malsano e irresponsable bajo un manto de denuncia social que, de algún modo, mitigara el cúmulo de barbaridades que estaba a punto de mostrarle al mundo, objetivo más que cumplido. Corresponde al espectador decidir si lo acepta como un mensaje apto, asumible; o si la crudeza e injustificación de sus imágenes (especialmente el maltrato animal) invalidan cualquier tentativa de mensaje.

2 comentarios:

  1. Mueren personas en la película? Está claro que los actores no murieron pero podría verse morir otras personas parecidas a los actores. Son muertes reales o son efectos especiales con los cadáveres? Desde luego, si todo es falso, está muy bien conseguido cómo el ojo se le sale a uno de ellos y cómo lo destripan...

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  2. es curioso que una película pudiera causar tanto asco a cualquier persona que la vea, se pueda convertir en un verdadero icono del cine gore, creo que junto con el corto de guinea pig 2, son las peliculas mas realistas que he visto, he de recalcar que aquí en Perú es una de las pelicuas mas vendidas y mas buscadas en todo el pais.

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