Esta semana Hitos del Cine no solo se centrará en desmembrar una de esas películas memorables que nos ha dejado la gran pantalla, sino que ofrecerá un pequeño recorrido por un amplío abánico muy desconocido para la gran mayoria. Hoy, esta sección de nuestro blog quiere dar importancia a uno de los primeros géneros cinematográficos que ha dado mucho que hablar a lo largo de la historia y ha dejado innumerables títulos de películas, se trata del cine negro o también conocido como el film noir.
A mediados de los años 40 el crítico francés Nino Frank, le daba nombre a uno de los géneros más inclasificables del Hollywood clásico, el film noir o también conocido como el cine clásico. Es un concepto polémico hasta el día de hoy pues los expertos son incapaces de definir los límites de este tipo de cine como género estilo o movimiento. Es más, la crítica se encuentra dividida entre los que consideran al cine negro como una corriente anclada en un momento y un lugar determinado de la historia y de la producción cinematográfica del Hollywood de los años 40 y 50 y los que consideran que el estilo ha ido adaptándose a los tiempos y a las nuevas técnicas. Consideraremos como cine genuinamente negro las películas del período clásico.
La inseguridad resultante de la Segunda Guerra Mundial, el inicio de la Guerra Fría y las secuelas de la Gran Depresión fueron los factores históricos más influyentes a la hora de representar una sociedad violenta, cínica y corrupta dentro de un ambiente de pesimismo fatalista retratado en las películas negras, siendo estas un reflejo de la sociedad estadounidense de la época. La Segunda Guerra Mundial tuvo un segundo efecto vital para el nacimiento del género. Muchos directores alemanes y europeos se vieron exiliados por la Alemania Nazi, la mayoría de ellos pertenecían al movimiento expresionista alemán y no tardaron en plasmar la construcción plástica característica de ese movimiento en el cine hollywodiense. Además, cierta influencia neorrealista y del realismo poético francés ayudaron a crear su característica estética visual. Su construcción formal está cerca del Expresionismo. Se emplea un lenguaje elíptico y metafórico donde se describe la escena caracterizada por una iluminación tenebrosa en claroscuro, escenas nocturnas con humedad en el ambiente y se juega con el iluso de sombras para exaltar la psicología del personaje. Si a todos estos factores le añadimos la gran influencia de las películas de terror y de gánster de los años 30 nos encontramos con un género complejo e indefinible.
1941 es la fecha oficial en la que el cine negro surge como tal. El halcón maltés nos descubre un mundo plagado de detectives privados, policías de moral dudosa, letal “femmes fatales”, poderosos magnates de vicios ocultos, delincuentes profesionales y ciudadanos corrientes súbitamente situados al margen de la ley por un mal paso. Arquetipos de antihéroes que gozaron de un notable éxito durante la década de los 40 y 50. Durante 17 años, estos sombríos personajes han protagonizado un buen número de películas entre los que destacan Billy Wilder, La perdición, El crepúsculo de los dioses, Fritz Lang, La mujer del cuadro, Alfred Hitchcock, Orson Welles, incluso el gran director Stanley Kubrick, que se iniciaría en el cine con la película negra Atraco Perfecto.
Sería en 1958 la fecha señalada como oficial para poner punto final al género negro propiamente dicho. Orson Welles con Sed de Mal pondría un excelente punto y final al periodo negro clásico. Pese a ello, la influencia del film noir se extiende hasta nuestros días y podría hablarse de un estilo neonoir que tomaría elementos del cine negro clásico pero que trata temas con contenidos actuales y estéticamente se observa elementos que estuvieron ausentes en las películas de cine negro de los años 40 y 50. Producciones como Blade Runner, Memento, Chinatown, Dark City o Terciopelo Azul presenta características propias de este género logrando así trascender de su propio tiempo y espacio llegando hasta nuestros días.
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