Esta semana cedemos nuestro espacio de HITOS DEL CINE a una espectacular producción estadounidense del año 2000. Fue dirigida por Darren Aronofsky, nominada a los Oscar en categoría de mejor actriz y la trama está basada en una novela de Hubert Selby. Sin más demora damos la bienvenida a… Réquiem por un sueño.
Todo gira en torno a cuatro seres humanos que se encuentran perdidos y tomarán caminos que serán irreparables en sus vidas. Sara Goldfarb (Ellen Burstyn), su hijo Harry (Pared Leto), Marion Silver (Jennifer Connelly) y Tyrone C. Love (Marlon Wayans) ocupan los planos principales de la peli.
El joven Harry y su madre, Sara, tienen sueños muy diferentes y cada uno intenta perseguirlos a su manera. Sin embargo el medio para conseguirlos, la droga, les une. Ella desea participar en un concurso de televisión y él, junto a su novia Marion y su buen amigo Tyrone, pretenden hacerse ricos traficando droga para después, montar un negocio propio que les haga felices. Pero esa abundancia de dinero se resiste y los jóvenes hacen lo inimaginable por perseguirlo.
La rutina de Sara es la televisión y la comida en abundancia, pero tras ser seleccionada para participar en un concurso televisivo comienza a adelgazar mediante la consumición de pastillas, que le receta un especialista. Pero dichas pastillas no son otra cosa que anfetaminas y terminan haciendo de ella una mujer completamente trastornada. Por lo que su sueño de salir en la gran pantalla nunca será factible.
Su hijo además de querer ser distribuidor de heroína a gran escala, la consume y ese es el principal error que comete porque además de tener dificultades para encontrar la mercancía, cuando consigue algo la consumen entre los tres jóvenes. Este vicio los llevará a hacer cosas increíbles. Marion se acostará con hombres por conseguir una dosis y mientras tanto su novio y el amigo de éste deambularán por las calles para conseguir más mercancía. Su error llega hasta Florida en busca de una gran carga. Pero una vez más, surgen obstáculos que marcarán sus vidas para siempre. Harry sufre la amputación de su brazo izquierdo, tras una grave infección debido a las inyecciones que se aplicaba y Tyrone termina en la cárcel.
El clímax de esta producción llega con los finales tan trágicos que sufren los distintos personajes al verse involucrados en el mundo de las drogas. Todo queda en sueños rotos.
Se trata de un film que refleja a la perfección los efectos de las drogas. El síndrome de abstinencia por parte de la joven Marion. Las alucinaciones quedan bien servidas con las pastillas que ingiere Sara para adelgazar. Las enfermedades infecciosas recaen sobre Harry y su querido amigo termina en la cárcel por traficar con estupefacientes. Esto demuestra el afán del director, Darren Aronofsky, por hacer que el hilo conductor de peli fuese la adicción.
La banda sonora es espectacular. El trabajo tecnológico que Clint Mansell elabora resulta ser la combinación perfecta con la música de cuerda de Kronos Quartet.
El director arriesga gran parte del éxito del film con un montaje paralelo y una serie de recursos muy arriesgados, como divisiones de la pantalla o alteraciones en el ritmo de las acciones. A pesar de todo, se la juega y consigue un triunfo brutal.
Réquiem por un sueño es, sin duda alguna, un buen chute de cine en vena. Las escenas son muy realistas y consiguen sensibilizar al espectador para que este sea capaz de valorar la verdadera adicción que provocan las drogas. Es un drama muy conseguido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario