Hoy nuestro HITOS DEL CINE está dedicado a una película que quizá por su composición cinematográfica o por su argumento o por el conjunto como película no debería estar en esta sección pero cuando vi por primera vez esta cinta significó mucho para mi persona y por este motivo he decidido dedicarla un pequeño espacio en este modesto blog.
Pequeñas mentiras sin importancia comienza con una escena impactante que dará inicio a la historia de un grupo de amigos que deciden abandonar a su compañero, que acaba de sufrir un accidente de tráfico, en el hospital para no romper la tradición y poder así pasar, como todos los años, juntos las vacaciones. Una vez instalados, las distensiones se hacen patentes mientras sus pequeñas mentiras, aparentemente sin importancia, intentan arreglar los rotos del descosido sin ningún éxito ya que la propia vida les pondrá a prueba a cada uno de ellos teniendo que enfrentarse cara a cara a sus propios problemas.
La mayor parte de los cineastas franceses coinciden en elegir el melodrama como género para representar con mayor realismo los problemas a los que se enfrenta día a día el ser humano. Es el caso del director francés Guillaume Canet, que desarrolla a la perfección una composición cinematográfica que nos muestra los altibajos, las luces y las sombras que esconde la vida. Nadie nos dijo que ésta fuese un camino lleno de felicidad pero tampoco es un infierno donde impera la tristeza.
Pequeñas mentiras sin importancia es una película que nos muestra aspectos de gran dureza a los que tenemos que hacer frente en nuestro día a día como la pérdida de un ser querido aunque en ocasiones, ese sufrimiento puede llegar a ser contrarrestado con momentos que evocan la alegría como el esperar un hijo de la persona que más quieres.
Guillaume Canet, a través de esta tragicomedia, logra transmitirnos un poquito de esa realidad donde la amistad, el amor y la muerte actúan como eje de la vida de unos personajes con los que el espectador es capaz de identificarse en todo momento. Esta película es un poema social donde los problemas estancados en el interior de nuestra propia vida van suscitando un auténtico manantial de sentimientos que se canalizan mediante el cariño que se profesan los personajes.
Lo esencial de este film no son las realidades materiales presentes cargadas de superficialidad, sino la emotividad latente que se esconde y transmite en cada una de las personalidades que se van forjando en el desarrollo de la trama.
Este metraje cuenta con un elenco actoral, en su mayoría desconocido para el público, que consigue una gran espontaneidad y realismo en su interpretación. Desde la sensacional y reconocida Marion Cotillard, sin olvidarnos de unos espléndidos François Cluzet y Benoit Magimel, para acabar con la interpretación breve pero sensacional de Jean Dujardin. Todos ellos consiguen que el espectador no desvíe la atención hacia el reloj en ningún instante tras dos horas y media de película.
Por otro lado, también destacar la precisión en la elección de cada una de las canciones que componen la banda sonora de esta película provocando así una gran intensidad emocional en momentos de gran carga sentimental.
Estas Pequeñas mentiras sin importancia nos permiten analizar esos pequeños detalles que nos impulsan a disfrutar de la vida, a ser sensato, ante todo con uno mismo, a amar y en especial, a vivir nuestros días como si fuesen los últimos de nuestra existencia.
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