Es una pena que hayamos tenido que esperar más de quince años para poder disfrutar de una película dirigida por la increíble Jodie Foster. Pero ha hecho una reaparición en el mundo de la dirección cinematográfica con una película tildada de independiente cuyo título es El castor. Se trata de un film al cual se le puede catalogar como un género ambiguo que roza los límites de la comedia y el drama.
Jodie Foster, que además de ser directora de la película también se arriesga a ser co-protagonista con un Mel Gibson que derrotado por su propia vida, consigue la empatía con el espectador hasta tal punto que su dignidad se encuentra atrapada por una marioneta que consigue apropiarse de la propia vida de Walter Black.
Esa imagen de Mel Gibson interpretando a Benjamin Martin, un héroe de guerra capaz de defender a capa y espada a su familia en la película El Patriota, se difumina con una sensación que oscila entre el humor y la amargura para acabar prendado en la historia de un hombre que se aferra a una marioneta para conseguir sortear los obstáculos de su propia vida. Es chocante para el espectador ver a Mel Gibson interpretando el papel de Walter Black, un hombre miserable, abandonado por su mujer, distanciado de su familia y sumido en un estado depresivo que le lleva incluso al intento de suicidio.
El punto amargo y verdaderamente duro de este largometraje es cuando un padre de familia y director de una empresa de juguetes decide confiar las riendas de su vida a un castor que impondrá un carácter autoritario a un Walter Black que abatido, decide arrastrarse por la corriente de los acontecimientos, convirtiéndose así en un ser cuya moral se ve aplastada y apropiada sin piedad por una doble personalidad interpretada por una marioneta de trapo. Esta situación tan peculiar obliga a la familia a la resignación de aceptar la situación de un padre perdido en su propia vida donde su esposa no encuentra la manera de poner freno a su desmoronamiento, su hijo mayor descarta toda similitud que le relacione directamente con su padre y su hijo menor, acepta el problema de su padre con gran naturalidad demostrándole que para él lo más importante es el amor de un padre.
Con un juego de luces y sombras donde todo el elenco de personajes esconden secretos suculentos de entre las tinieblas, es capaz de expresar la liberación de un Walter Black que experimenta que en muchas ocasiones es peor el remedio que la enfermedad ya que su propia terapia se convertirá en su propia destrucción.
Jodie Foster nos presenta una película que pretende hacernos reflexionar sobre un problema al que se puede enfrentar el ser humano en su día a día como es la crisis de valores a las que se enfrenta Walter Black o la forma de engaño y apariencia que nos presenta nuestro subconsciente con la misión de eludir nuestras propias responsabilidades. Es en este sentido, cuando la gran directora presenta la unidad familiar con última alternativa para conseguir redirigir el camino de cada uno de los integrantes que hasta ese momento, habían conseguido la descentralización del seno familiar.
El castor es una película atrevida y una trama interesante que esconde una trágica historia con una gran carga emotiva que trata un problema tan complicado como es la depresión. Jodie Foster apuesta por una película independiente con un estilo clasificado como clásico con un guión original y un aspecto visual envolvente y dinámico.
Nota Making Of: 7
Nota Making Of: 7
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