Que Amanecer. Parte 1 ha sido uno de los estrenos más esperados del año no lo digo yo, lo dicen las cifras de recaudación (más de 2,6 millones de euros en su primer día en taquilla en España) y las salas de cine abarrotadas.
Kristen Stewart, Robert Pattinson y Taylor Lautner vuelven a encabezar el reparto de la cuarta entrega de la Saga Crepúsculo para continuar con la historia de amor humano-vampírica más famosa de todos los tiempos.
Edward y Bella se prometen amor eterno en el altar, rodeados por todos sus seres queridos, en una boda de cuento de hadas organizada por Alice. Después de la celebración llegan las despedidas, ya que los novios se van de luna de miel, aunque la despedida entre Bella y su padre, en principio, significa más que un simple "hasta luego". Charlie y Bella tienen momentos muy emotivos juntos, dando a la figura del padre la importancia que se merece porque, lejos de ser un simple secundario, Charlie es un punto vital en todo el desarrollo de la saga por su influencia en las decisiones de Bella.
La feliz pareja comienza su luna de miel de ensueño en Isla Esme y por fin llega el momento que todo el mundo estaba esperando: la noche de pasión entre los protagonistas, que tendrá como consecuencia un embarazo inesperado que truncará la felicidad de los recién casados. El feto crece demasiado rápido, poniendo en peligro la vida de Bella, que lejos de escuchar los consejos de todos y arropada por Rosalie, decide llegar hasta el final de su embarazo.
El espectador es testigo de la lucha de la protagonista por sobrevivir; del enfrentamiento de Jacob con sus hermanos lobos para protegerla, ya que la manada decide atacar a los Cullen ante la amenaza del nacimiento de una nueva criatura; y de la agonía de Edward que ve como día tras día y poco a poco va muriendo el amor de su vida.
No hay mucha acción, pero no es una película lenta. Tras la luna de miel los hechos se suceden rápidamente y caemos en una espiral de acontecimientos que nos lleva a querer saber más y más, sensación quizá acentuada por el deterioro de Bella, bastante notable según avanzan las escenas.
La película es muy fiel al texto de Stephenie Meyer, algo que gustará mucho a todos los amantes de la saga. Como en toda adaptación hay algunas omisiones y pequeños cambios, pero creo que los lectores de los libros no echarán de menos ningún elemento.
En el plano de los efectos especiales cabe destacar que se ha modificado la manera de representar la velocidad vampírica, haciéndola más notable de cara al espectador.
Como novedad, oiremos por primera vez los pensamientos de la manada en su forma lobuna y podremos experimentar la sensación agobiante que tanto han descrito Edward y Jacob a lo largo de la historia: escuchar voces en la cabeza.
Tras los créditos, y como ya avisaron los actores y el propio director tanto en su visita a Barcelona como en varias entrevistas, hay una escena inédita que da pistas sobre lo que podremos ver en Amancer. Parte 2, así que no hay que levantarse de la butaca hasta el final.
Bill Condon ha sabido dotar a esta primera parte del romanticismo y de la tensión justa y necesaria, haciendo que algo tan inverosímil como una boda entre un vampiro y una humana y un embarazo imposible tomen sentido secuencia tras secuencia.
Para ver el desenlace final tendremos que esperar al próximo año. Mientras tanto sólo nos queda imaginar cómo será el cierre de una saga redonda (al menos en lo que a beneficios se refiere).
Nota Making Of: 7,75
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