2 mar 2013

'Los miserables': ¿Oyes al pueblo cantar?

Póster Oficial de la película 'Los miserables'
Hoy dedicamos La Taquilla a una de las películas de género musical más desafiantes de la historia del cine. Tom Hopper ha aceptado el reto de adaptar la prestigiosa novela del romántico francés Victor Hugo y convertir esta historia en un delicado musical. 


Si adaptar un musical al cine es tremendamente difícil, adaptar uno como Los miserables es tarea casi imposible. Es por esto que, aunque a uno le llegue a emocionar, y mucho, la película, se da cuenta de que podría haber sido muchísimo mejor. Quizá mejor no sea la palabra, sino más grande. 

Hooper es un director que mima a los actores y su dirección se fundamenta en el trabajo de estos. Por ello, ha decidido grabar las canciones según iban rodando. Eso hace que, junto con sus primeros planos, los intérpretes se luzcan en los temas musicales. Ahí es cuando uno se da cuenta de que está viendo algo que nunca ha visto antes en ningún musical, y lo descubre cuando ve ese impresionante plano secuencia de 3 minutos de Anne Hathaway cantando el "I dreamed a dream", lo mejor que he visto en cine en muchísimo tiempo. No se puede despreciar la labor de Hugh Jackman, que a más de uno sorprenderá verle cantar así de bien tras hacer de Lobezno. Y Crowe... bueno, no lo hace mal, pero el espectador se da cuenta que no tiene una voz sublime ya que todas sus canciones son cortas y secundarias.

Sin embargo, el hecho de centrarse en los actores también es lo peor que le podía pasar al filme, debido a que deja de lado el desarrollo de la historia, el fondo, de tal forma que el sentimiento de las historias paralelas a la de Valjean se pierde. La historia de los estudiantes no tiene la fuerza suficiente y la historia de amor es completamente insulsa y acortada, de forma que parece que todo es relleno. El espectador puede apreciar que el ritmo y la fuerza de la cinta baja a la mitad del metraje. Es más, Hooper se centra tanto en que sus actores se luzcan que no sólo estas historias pierden fuerza, sino que no logra enlazar correctamente las distintas escenas, con lo que Los miserables se convierte en una serie de set pieces, una detrás de otra de forma abrupta, cuya única explicación de que estén ahí es porque la obra de teatro lo dice así. Vamos, que parecen más distintos números musicales sueltos que una historia enlazada, dando la sensación de que todo está acelerado. 


En resumen, Los miserables es una grandísima película, pero salvada por la historia, la fabulosa música y las impresionantes interpretaciones, ya que Hooper no es capaz de impregnar a la película de la fuerza y la espectacularidad que ha hecho tan grande a este musical.

Nota Making Of: 8

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